Compartimos la feliz historia de Pablo, el niño por el que un equipo del Materno de Málaga hizo unos 800 kilómetros para conectarlo a ese aparato, que no muriera y llevarlo del Hospital Universitario de Burgos en el que estaba ingresado al Doce de Octubre, en Madrid.

Pablo ya está en casa y pide chuches. Llevaba cerca dos meses hospitalizado por una neumonía que casi le cuesta la vida. De hecho, ha estado 24 días conectado a un corazón y pulmón artificiales. Pero ya come, empieza a beber líquidos, a andar y el 29 de noviembre recibió el alta.

Es el niño por el que un equipo del Materno de Málaga hizo unos 800 kilómetros para conectarlo a ese aparato, que no muriera y llevarlo del Hospital Universitario de Burgos en el que estaba ingresado al Doce de Octubre, en Madrid.

Decenas de profesionales de los tres centros sanitarios se coordinaron contrarreloj gracias a incontables WhatsApp y mucho compromiso para darle la oportunidad de que sobreviviera. Y Pablo la ha aprovechado. Mientras sus padres lo acompañaban en el hospital, las abuelas limpiaban la casa para recibirlo.

Puedes leer la feliz historia completa en su artículo original aquí